“Querido diario, hoy me he gastado diez dólares en el cine. Quería empezar el año viendo una película con el inconfundible olor a palomitas inundando la sala, así que saqué mi entrada y pasé la noche del uno de enero viendo una película musical”
Podría ser un fragmento de un diario de cualquiera. Cierto es que, a día de hoy, pocos siguen escribiendo diarios en papel, porque este íntimo género literario ha alcanzado un éxito sin precedentes gracias a los blogs. Con el nacimiento de las bitácoras, internet se convirtió en un ‘querido diario’ a gran escala en el que muchos cuentan, a quien pueda interesarle, las aventuras que vivieron en su último viaje a la selva amazónica o el modelito que eligen cada día para salir a comerse el mundo. Diarios de viajes y de moda, sí, pero diarios al fin y al cabo.
Uno de esos muchos diarios que van surgiendo cada día en la Red pertenece a Brian Finkelstein, que ha ideado una versión muy especial. Desde California, donde reside actualmente, Finkestein recuerda cada día lo que hizo hace once años, en base a los recibos que guarda del ya lejano 2003.
La web ‘My 2003 receipts’ se ha convertido en una especia de cápsula del tiempo. Cada día, Finkelstein sube a su “diario del pasado” los recibos escaneados que recibió ese mismo día del año 2003. Él mismo explica esta curiosa vuelta de tuerca al diario tradicional:
“Guardé cada recibo que recibí en 2003. Ahora, 11 años después, te los traigo a ti. Voy a publicar todos mis recibos de 2003 en el día correspondiente de 2014. Así, por ejemplo, los recibos que me dieron el 01 de enero 2003 se publicarán el 1 de enero de 2014, con algunos comentarios añadidos”.
A través de ellos, Brian intenta recordar cómo fue o qué hizo aquel día. No suele recordar grandes detalles, pero sí los suficientes como para ir pintando un boceto de cómo era su vida a comienzos del siglos XXI. En solo dos meses, ya sabemos que Finkelstein vivía en Cambridge, Massachusetts; que comenzó el 2003 yendo al cine a ver ‘Chicago’; que trabajaba en la producción de una obra teatral llamada ‘Papa y Anti-papa’, merecedora de un lugar en el informe anual de anticatolicismo de la Liga Católica para los Derechos Religiosos y Civiles; o que solía acudir a la oficina postal para enviar paquetes con productos que, de forma habitual, vendía a través de eBay.
El proyecto, ya de por sí original, tomó un nuevo cariz a los pocos días de empezar, cuando el autor de la obra teatral para la que trabajaba Brian, Jeremy Goldstein, decidió echarle una mano dibujando diariamente una viñeta para resumir el día vivido por Brian en 2003.
Cabe preguntarse por qué Brian tiene guardados los recibos que le fueron dando hace once años. Según explica él mismo en el diario, uno de sus antiguos compañeros de piso le ha contado – él no lo recuerda – que empezó a guardarlos tras un problema con la compañía de su tarjeta de crédito. “Al parecer, juré que nunca volvería a tirar un recibo”, afirma bloguero.
Con el paso de los días, descubrimos que Brian compró un archivador del que, once años después, ha empezado a sacar recibos para escanearlos y compartir con todo el mundo las vicisitudes de su vida en 2003.
En los dos primeros meses de aquel año, Brian fue unas tres veces al cine, visitó en numerosas ocasiones el supermercado, acudió a la oficina de correos semanalmente, disfrutó de una velada en un restaurante, viajó a Nueva York, pidió un par de pizzas y, atención, alquiló dos películas en un videoclub. Por lo que sabemos de momento, es una de las pocas cosas que hizo Brian en 2003 que verdaderamente merece formar parte del repaso a nuestra historia reciente a través de sus recibos. No porque el resto no sea interesante, sino porque los viejos videoclubs – qué tiempos aquellos – han pasado a formar parte de nuestra memoria colectiva.
Aún quedan diez meses por conocer del apasionante año 2003 de Brian Finkelstein, el hombre que está elaborando un diario en base a sus recibos de hace once años. Puedes seguirlo a través de la web o por medio de las redes sociales (Twitter y Facebook). Quizás te dé alguna idea para crear un diario aún más original. Por si acaso, ve guardando todos los tickets que recibas.
Con información de My 2003 receipts y Laughing Squid
Esto para la contraportada:
-El gélido recibimiento a la máquina para hacer hielos
-Fraga, Losantos y otros diez trols que despuntaron cuando no existía Forocoches
-Burbuja de hoteles flotantes en Catar de cara al Mundial de Fútbol
-‘Unboxing’, el lucrativo y surrealista negocio de desempaquetar productos delante de una cámara
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