Todos conocemos a alguien a quien alguna vez le hemos dicho eso de “tío, tienes que escribir un libro con todas tus batallitas”, mientras escuchamos boquiabiertos sus historias y vivencias. Sin embargo, solo unos pocos se toman el reto en serio y se ponen frente al ordenador (o la máquina de escribir, o el cuaderno) a tejer una historia.
Algunos lo hacen para no olvidar, otros a modo de terapia (es más barato que hablarle a un psicólogo), otros para que el mundo conozca sus historias y otros, simplemente, porque un día sintieron la necesidad de ponerse a escribir, sin rumbo fijo.
Es el caso de Noemí Rivera, una joven vasca que, a la vuelta de terminar parte de sus estudios en una universidad de Estados Unidos, se tomó muy enserio la propuesta de sus amigos y, tras recibir la visita de las musas, decidió escribir sobre su particular periplo a la americana (y que conste que no fue por un “a que no hay huevos” a la vasca).
“Fue un día de verano tras finalizar la uni, estaba aburrida. Y de pronto se me ocurrió: ‘Pues voy a escribir una historia’. Y me puse a escribir, así, de calentón, sin ninguna intención clara”, cuenta Noemí. “Unos meses más tarde me di cuenta de que ya tenía un buen montón de letras juntas; así que dije ‘¿por qué no doy forma a todo esto y compongo una novela?’. Y me armé de paciencia y seguí adelante, hasta alcanzar el punto final”.
Un otoño en California (Ediciones Carena, 2014) es el título de esta peculiar novela que entremezcla vivencias reales y ficticias, acontecimientos fantásticos e ilustraciones realizadas por la misma autora, todo ello aderezado con toneladas de humor e imágenes en forma de palabras que mostrarán al lector el American way of life universitario a través de los ojos de Irene, una joven made in Euskadi que se meterá en todo tipo de hilarantes líos.
A primera vista Un otoño en California puede parecer una historia más sobre jóvenes universitarios estadounidenses, la típica historia con sexo, drogas, alcohol, amor, desamor, etc. que se repite una y otra vez y que resultará muy familiar a quienes hayan viajado con una beca Erasmus.
Sin embargo, la gran diferencia está en la peculiar manera que tiene Noemí Rivera de contar las historias, jugando con las palabras y las metáforas, distorsionando lo obvio para transformarlo en un particular símil; e introduciendo acontecimientos fantásticos que nos hacen ver la realidad de otra manera.
“Contar las cosas tal y como suceden es muy aburrido, para eso ya está el propio día a día. Por eso he querido darle un toque mágico a las situaciones corrientes de la vida de la protagonista y, por ejemplo, contar la simple y básica acción de ir al baño –tanto para guas mayores como menores- como si de un cuento de hadas se tratase”, relata Noemí. “¿Por qué contar lo que uno puede ver con los ojos cuando puede contar mucho más?”.
Amor y desamor, humor y drama, realidad y ficción, cotidianeidad y fantasía, letras y dibujos. Un otoño en California es un curioso relato que nadie que haya estudiado en el extranjero o tenga planeado hacerlo se puede perder.
Ya tardas en hacerte fan de Un otoño en California.
The post “¿Por qué narrar lo que uno puede ver con los ojos cuando puede contar mucho más?” appeared first on Cooking Ideas.