Puedes hacerlo para intentar una vez más acabar con el michelín que te acompaña desde aquella Navidad llena de excesos. Puedes decidirte por luchar contra viento, marea y tu genética para tener una tableta de chocolate por abdominales. Nos referimos a hacer ejercicio y, aunque parezca un sinsentido, también puedes hacerlo para tener una mejor memoria.
Quizás hasta ahora solo te planteabas dos objetivos cuando te asomabas a la puerta de un gimnasio: o bien perder la grasa que le ha cogido cariño a tu cuerpo, o bien aumentar el volumen de tus músculos a base de machacarte con todo tipo de instrumentos diabólicos.
Pues, por sorprendente que parezca, hacer ejercicio también es bueno para ejercitar la memoria. Es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores del Georgia Institute of Technology, que han demostrado en un estudio que un entrenamiento intenso de unos 20 minutos puede llegar a mejorar la memoria a largo plazo en un 10%.
Para el estudio, los investigadores reunieron a un grupo de adultos a los que se les mostraron 90 fotografías en la pantalla de un ordenador. De todas las fotos, 30 eran imágenes positivas, 30 negativas y las 30 restantes, neutras.
La tarea de los participantes no era memorizarlas ni nada por el estilo. Una vez que vieron las 90 fotografías, lo único que tenían que hacer era sentarse en una típica máquina de gimnasio para extender las piernas (esa en la que levantas con las piernas un rodillo hasta que las tienes completamente estiradas).
La mitad de los participantes tenían que hacer 50 repeticiones en la máquina, mientras que la otra mitad simplemente tenía que sentarse a esperar.
Mejorando la memoria
El siguiente paso era volver al laboratorio 48 horas después. Allí, los participantes en el estudio tendrían que ver nuevamente fotografías, pero en lugar de 90 serían 180 las imágenes que tendrían que ver. ¿Para qué? Para intentar recordar cuáles eran las fotos que ya habían visto en la sesión anterior.
Por fin, llega la hora de los resultados: mientras que el grupo que no hizo ejercicio después de la primera ronda de fotografías recordó el 50% de las imágenes que ya habían visto con anterioridad, aquellos que se machacaron en la máquina de gimnasio después de ver las fotos eran capaces de recordar el 60% de las imágenes.
Según el estudio, la mejora sería tan solo de un 10%, pero sí parece un dato lo suficientemente relevante como para poder afirmar que, en efecto, el ejercicio intenso es bueno para tu memoria.
Obviamente, hay un porqué biológico: al hacer ejercicio, nuestro cuerpo segrega hormonas semejantes a las que producimos en situaciones estresantes, de esas que luego se nos graban a fuego en la memoria. Así, el cuerpo de un adulto se inunda de hormonas al excitarse – en el sentido más inocente de la palabra – haciendo ejercicio, y nuestro cerebro se pone a grabar datos de lo vivido en las últimas horas a marchas forzadas.
Ahora, por supuesto, podremos seguir poniendo excusas para no poner un pie en el gimnasio. Todas menos una. Como mínimo, sirve para ejercitar la memoria.
Con información del Georgia Institute os Technology y de GQ.
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