Si conoces a algún aficionado al rugby, puede que te hayas hecho la gran pregunta: “¿Cómo puede practicar un deporte tan agresivo?”. No consiste en darse mamporros como sucede en el boxeo, y hay deportes mucho más violentos, pero el ‘curling’ nos sigue pareciendo una opción deportiva más pacífica. Eso sí: una aproximación más al deporte del oval deja claro que, en realidad, es un deporte lleno de valores y caballerosidad que dista mucho de ponerse fino golpeando a los rivales para hacerse con un balón.
No obstante, a lo largo de su dilatada historia, el rugby ha contado entre sus filas con jugadores que han llevado a cabo verdaderas salvajadas. Locuras como la copa de un pino que, probablemente, han contribuido a la inmerecida mala fama que tiene el rugby. Ponte casco y prepárate, que en este recorrido por las acciones más feroces y las locuras más increíbles llevadas a cabo por fanáticos del deporte oval puede que nos llevemos algún que otro golpe.
¿Quién? El jugador de rugby y boxeador John Hopoate, alias ‘el que le mete el dedo en el culo a los rivales’.
¿Qué hizo? El jugador decidió intentar desconcentrar a tres rivales introduciéndoles un dedo en el ano en un partido en 2001. Tras esta agresión anal, Hopoate fue sancionado con 12 partidos sin jugar. La New Zealand Cancer Society utilizó meses después la imagen del ataque para concienciar a los hombres sobre la necesidad de hacerse revisiones para prevenir el cáncer de próstata.
¿Quién? El jugador y capitán de los famosos ‘All Blacks’ Wayne Thomas ‘Buck’ Shelford.
¿Qué hizo? Tomarse al pie de la letra eso de dejarse las gónadas masculinas en el campo. La bota de un contrincante le desgarró el escroto, dejando al bueno de Shelford con un testículo por fuera. Ni corto ni perezoso, este hombre de hierro fue al banquillo para que se lo cosieran y poder volver al campo a jugar. Con dos coj…
¿Quién? Algunos miembros de la selección inglesa de rugby.
¿Qué hicieron? Tras vencer a Argentina en el Mundial de Nueva Zelanda de 2011, algunos jugadores fueron a celebrarlo a un bar en el que disfrutaron de un concurso de lanzamiento de enanos. La barrabasada no quedó ahí: al poco tiempo un aficionado inglés decidió imitar a sus ídolos montando en un tugurio su propio lanzamiento de enanos, y cogiendo para ello a Martin Henderson, el enano que sufrió graves lesiones de espalda por culpa del ejemplo dado por estos caballeros del rugby.
¿Quién? El jugador namibio Schalk van der Merwe.
¿Qué hizo? Decapitar a un león para salvar a un babuino. Sin palabras.
¿Quién? La selección neozelandesa, los temidos ‘All Blacks’
¿Qué hicieron? Adidas lanzó una campaña de ‘marketing’ nunca vista: por la venta de cada camiseta, la marca regalaría un poster del equipo en el que la tinta estaría mezclada con la sangre de los jugadores. Así, los 40 seleccionados pasaron por la aguja para que sus fluidos formaran parte de la cartelería. La campaña fue un éxito y los posters alcanzaron un precio astronómico en eBay.
¿Quién? El jugador neozelandés Dick Conway.
¿Qué hizo? Con una lesión persistente en uno de los dedos de su mano derecha, Conway decidió acabar con el problema de una forma radical antes de que la lesión le impidiera seguir jugando al rugby. Para poder ir en 1960 de gira con su selección a Sudáfrica, el jugador decidió amputarse el dedo. Adiós lesión.
¿Quién? Un aficionado galés que permanece en el anonimato (enseguida sabrás por qué).
¿Qué hizo? Apostar sus testículos a que su selección no ganaba. Si Galés conseguía la victoria contra Inglaterra en aquella primera jornada del Seis Naciones de 2005, él se cortaba los pendientes reales. El combinado galés ganó 11-9 y él perdió una parte de su cuerpo. Sí, se los cortó.
¿Quién? El jugador australiano Anthony Watts.
¿Qué hizo? Después de ser cazado en posesión de estupefacientes, conduciendo borracho y agrediendo a su exnovia, a Watts no se le ocurrió otra cosa que morderle el pene a un contrincante en un lance del partido.
¿Quién? Los jugadores del The University of Pittsburgh Rugby Club de 1982.
¿Qué hicieron? Para intimidar al equipo rival decidieron realizar el calentamiento previo a un partido con cabezas humanas conservadas en la facultad de Medicina en lugar de con balones.
¿Quién? El jugador galés Ben Flower.
¿Qué hizo? Aunque es relativamente frecuente que un jugador se pase de revoluciones y se enzarce con un contrincante, lo de Flower fue de juzgado de guardia. Sin venir a cuento, noqueó a un miembro del equipo rival de un puñetazo y, no contento con ello, le propinó otro golpe cuando ya estaba tendido en el suelo sin posibilidad alguna de defenderse. Todo un caballero que fue expulsado de inmediato.
Con información de Wikipedia (y 2), London Evening Standard (y 2), nosabesnada, The Guardian (y 2), 63336, Anuncios.com, Infocancha, Sopitas.com y Weclarck. Las imágenes del artículo son propiedad de Erik (HASH) Hersman, William Warby, Wikipedia y Sopitas.com.
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