Viajar al espacio siempre ha sido tarea de astronautas, hombres y mujeres entrenados para aguantar condiciones a las que ningún ser humano suele estar en la Tierra. A pesar de que a todos nos gustaría experimentar alguna vez la gravedad cero, la velocidad y la alta presión a la que se somete el cuerpo humano en un despegue espacial no son plato de buen gusto.
Suena lógico que la valentía y la curiosidad se conviertan, así, en dos requisitos fundamentales para un astronauta, aunque no son los únicos. También hay que pasar un duro entrenamiento físico y tener unos conocimientos a la altura.
Sin embargo, para el grupo de investigación del científico holandés Bas Landorsp, la valentía y la curiosidad son los únicos requisitos indispensables para viajar al espacio. En concreto, para viajar a Marte. En eso consiste el proyecto que están llevando a cabo con el fin de enviar a unas cuantas personas a colonizar el ‘planeta rojo’ allá por 2024.
Físicos e ingenieros, sí, pero también doctores, militares, cocineros o incluso monjes budistas. Para el equipo de Mars One cualquiera es un digno aspirante a convertirse en un Cristóbal Colón espacial e iniciar una nueva vida en el planeta vecino. Un viaje sin billete de vuelta y un destino alejado de los seres queridos, los paseos por la playa, las mascotas y gran parte de los pasatiempos terrícolas.
De las más de 200.000 personas que se apuntaron al ‘casting’ en 2012, solo cien han logrado pasar a la siguiente ronda. Entre los seleccionados, eso sí, encontramos perfiles muy variados.
Ryan MacDonald es un auténtico genio. Con solo 21 años ya puede presumir de ser profesor de física en la Universidad de Oxford y de haber participado en varios proyectos de investigación. No tiene la preparación física de los astronautas tradicionales, pero ¿quién podría resistirse a un viaje espacial “para buscar evidencias de vida pasada o presente, hablar e inspirar a los niños de la Tierra o construir la primera civilización de otro planeta”?. Esas son precisamente las motivaciones que confiesa en la página de Mars One.
Un perfil que contrasta con el de Etsuko Shimabukuro, una japonesa de cincuenta años afincada en México que sueña con ser la dueña del primer restaurante de sushi en Marte. No le asusta la idea de abandonar la Tierra para siempre. Con 20 años, esta aventurera ya experimentó la forma en que vivieron nuestros antepasados residiendo en cuevas. A los 30, caminó 7.500 kilómetros recorriendo pueblos y ciudades de su país natal. Una década más tarde anduvo durante siete días por el desierto del Sáhara para ver hasta dónde podía llegar el ser humano. Etsuko ve Marte como una experiencia que sumar a ese impactante currículum.
Leonard Lopin también se considera un buen candidato a colonizador espacial, y tal vez no le falte razón. Como el informático alemán de 36 años cuenta en su perfil de la página de Mars One, su experiencia como monje budista le ayudará a sobrellevar sus necesidades humanas. “Sé una o dos cosas sobre deprivación sensorial”, señala.
Sin televisión, Skype o partidos de fútbol, los científicos de Mars One saben que los elegidos deberán pasar soportar largas jornadas de aburrimiento. Por suerte, es posible que los futuros colonizadores disfruten del humor de Josh, un físico e ingeniero australiano al que le entusiasma mezclar ciencia con gracietas, siempre acompañado por su fiel ukelele.
Entre los 24 colonizadores podría haber también algunos militares. Destaca entre ellos el caso de Dina. Esta joven de 29 años abandonó Iraq para viajar a Estados Unidos y formar parte del ejército estadounidense. Como señala en un vídeo, abandonar la Tierra para siempre sería una experiencia parecida a la que ya vivió dejando a su familia.
Tras haber elegido a los cien candidatos, los investigadores se pondrán manos a la obra para crear grupos y ver cuáles son los que mejor podrían funcionar en el ‘planeta rojo’. Se estima que para 2024, un equipo de cuatro personas será el primero en aterrizar en Marte, y cada dos años se irán sumando nuevos colonizadores.
Todo ello lo podremos ver por la televisión, ya que, para conseguir financiación, el grupo de científicos creará un ‘reality show’ que mostrará el proceso de selección. Un Gran Hermano espacial con concursantes tan diferentes como igual de temerarios.
Con información de Boing Boing, Washington Post, The Guardian, ABC, y Mars-One. Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Wikimedia Commons (y 2) y Mars One
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