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Cruzar el charco en dos horas pasando por la estratosfera: ¿así serán los aviones del futuro?

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¿Te imaginas viajar de Londres a Nueva York en solo dos horas gracias a un vuelo que alcanzaría los 65 kilómetros de altura? Esa es la promesa que encarna Paradoxal, un avión hipersónico que pretende revolucionar los viajes transatlánticos y darles a sus pasajeros la posibilidad de cruzar el globo rozando el espacio exterior. Gracias a las altas velocidades que alcanzaría la aeronave, que llegaría a viajar a más de 6.000 kilómetros por hora, el trayecto entre Los Ángeles a Sídney se reduciría a las tres horas. Mientras tanto, moverse entre Londres y Hong Kong costaría apenas cuatro.Imágenes integradas 1

Imaginactive es el ‘think tank’ futurista detrás de la concepción de esta aeronave. Fundado en 2013 por el canadiense Charles Bombardier, el nieto del inventor de la motonieve, la misión de esta organización consiste, según sus responsables, en inspirar a las siguientes generaciones para que sueñen, crean y construyan los vehículos del mañana. Para ello, idean los que, en su opinión, están llamados a ser los transportes del futuro, con el objetivo de llamar la atención de posibles inversores y de que algunas ideas consigan saltar del papel a la realidad.

“Con Imaginactive siempre se trata de dar forma a conceptos algo extravagantes pero con una base técnica considerable y con el fin inamovible de alimentar la rueda del progreso en transporte y locomoción”, aclara a Cooking Ideas Juan García Mansilla, el diseñador industrial argentino que firma el diseño del avión hipersónico. No es la primera vez que colabora con el Imaginactive: antes de Paradoxal ya se había involucrado en proyectos de todo tipo. “Desde una abeja robot para asistir a la población de abejas reales en la polinización hasta un vehículo que puede pegarse y transitar por superficies verticales”, explica.

Con el ‘jet’ hipersónico tenía un gran reto por delante: combinar en una aeronave los múltiples requerimientos técnicos que vienen de la mano de un vuelo supersónico. De esta forma,  las altas temperaturas a las que tendrá que enfrentarse la aeronave o la densidad variable del entorno de vuelo —que se ve modificada al cambiar de la troposfera a la estratosfera— fueron solo dos de los muchos aspectos que tuvo que considerar a la hora de diseñar la nave.

Además, también tuvo que tener en cuenta la integración del sistema LPM —el método inventado por varios científico de la NASA y que sería el empleado por el avión para manterse frío en temperaturas hipersónicas—, y la necesidad de integrar el motor dual R4E (Rim-Rotor Rotary Ramjet Engine), desarrollado por los investigadores Jean-Sébastien Plante, David Rancourt, y Mathieu Picard de la Universidad de Sherbrooke y que permitiría que el avión alcanzase las velocidades que lo convertirían en revolucionario.

El funcionamiento del Paradoxal

Tal y como explica el diseñador que le dio su forma final a la aeronave, el Paradoxal se impulsaría con dos motores Ramjet que permitirían que acelerara hasta Mach 3 —es decir, a una velocidad supersónica, en este caso tres veces superior a la velocidad del sonido—, mientras asciende hasta unos 20.000 metros de altura. “Durante esta etapa, la ventana frontal se cierra completamente para poder soportar las temperaturas extremas producida por la fricción del aire a altas velocidades y los alerones traseros se retraen hacia abajo, disminuyendo la resistencia”, concreta García Mansilla.

Una vez que el avión llega a Mach 3, el método de propulsión cambia y se inyecta oxígeno líquido en la salida del escape para convertir el motor Ramjet en un cohete. “Esto propulsa el Paradoxal a velocidades supersónicas y luego hipersónicas, mientras lleva la aeronave a alturas superiores a los 65 kilómetros”, concreta el argentino. “En ese momento, los alerones se extienden y se abre la ventana ya que tan arriba el rozamiento del aire es casi nulo”, añade.

Así, a 65 kilómetros del suelo, los pasajeros podrían mirar a través de una ventana panorámica frontal que les permitiría observar el exterior, en un momento en el que ya se puede distinguir la curvatura de la Tierra. Este sería el punto más alto de la parábola que traza el avión y en la que conectaría rincones realmente alejados en solo unas horas.

Respecto al interior de la cabina, los pasajeros no irían en filas tan largas como las de un avión actual sino que, según el diseñador, contarían con espacio hacia los lados, cambiando completamente la disposición. Además, podría albergar a más viajeros que un avión tradicional.  “Al no ser un tubo con alas sino un cuerpo parejo, el volúmen interior del Paradoxal es muy superior al de cualquier avión comercial, por lo que supera ampliamente la capacidad de 400 pasajeros de un Boeing 777 actual”, concreta.

Por el momento, y a pesar de lo desarrolladas que están algunas partes del diseño, el Paradoxal solo es otro de los sueños aeronáuticos de Imaginactive. Quizá este avión supersónico consiga ser una realidad capaz de transformar los viajes. Quizá no. Sin embargo, el objetivo final no es otro que continuar con una lluvia de ideas que consiga transformar los transportes, atrayendo financiación y sacando los conceptos de los folios. Y para ello, hay que seguir volando alto.


Con información de Imaginactive. Las fotografías de este artículo son propiedad de Imaginactive.

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