Lleva tanto tiempo siendo la pieza fundamental de nuestros móviles que ya la damos por sentada, pero lo cierto es que ha cambiado mucho en solo un par de décadas. ¿Te acuerdas de esos viejos ‘ladrillos’ que llevaban una tarjeta del tamaño de una de crédito? Era lo común en los comienzos, antes de que la SIM se fuera popularizando poco a poco y comenzara a reducir su tamaño a partir de su introducción en 1991.
Del tarjetón se pasó en 1996 a la miniSIM, que es la SIM clásica, la más grande de todas las pequeñas, por así decirlo. Después llegaron la microSIM (con el iPhone 4) y la nanoSIM (con el iPhone 5), que es actualmente la más utilizada y minúscula. Aunque, en realidad, lo será por poco tiempo: con el anuncio de los nuevos iPhones XR, XS y XS Max, el camino que la industria de la telefonía móvil empezó a recorrer en 2006 ya no tiene vuelta atrás. Ha llegado la era de la SIM virtual o eSIM.
Todo el mundo habla de ellas desde la última ‘keynote’ de la manzana mordida, pero mucha gente aún tiene dudas o no acaba de entenderlas del todo. ¿Cómo funcionan las eSIM? ¿Qué ventajas tienen? ¿Por qué son mejores que sus predecesoras? Vamos a tratar de dar respuestas a todas esas preguntas.
Apurando al milímetro
Aunque los móviles cada vez son más grandes por la tendencia a incrementar sus pantallas para que podamos disfrutar de videojuegos, series o películas, lo cierto es que el ahorro de espacio en las entrañas del dispositivo es una lucha sin cuartel para los fabricantes, sobre todo para reducir el grosor y los marcos de sus terminales. Cada milímetro cuenta, así que la SIM, probablemente el elemento más imprescindible, también ha ido mermando con el paso de los años.
Al principio no era algo difícil, pues bastaba con eliminar el plástico sobrante e incluso con disminuir el tamaño del chip, que era mayor de lo estrictamente necesario. Sin embargo, la más reciente evolución de la tarjeta que nos permite identificarnos como propietarios del móvil va un paso más allá. Con la eSIM, la tarjeta deja de ser algo externo que introducimos a través de una ranura. Pasa a ser un componente del propio ‘smartphone’, un chip más que va soldado a la placa y no puede extraerse.
Eso no solo hace posible rebajar aún más sus dimensiones, sino que elimina la necesidad de incorporar la típica bandeja deslizante (sí, esa que se abre metiendo por un agujerito un pincho minúsculo que tiene la desagradable manía de perderse) y los pines que hacían contacto con la SIM, algo que se nota bastante en un teléfono y todavía más en aparatos más pequeños como un reloj inteligente o los múltiples dispositivos de la internet de las cosas que pronto empezarán a llevar eSIM integradas.
Aunque la organización global GSMA le dio su apoyo en 2016, todo parece indicar que será el próximo, 2019, el año de la popularización de la eSIM. La apuesta de Apple y de operadoras como Vodafone por esta tecnología hará que despegue y que muchos otros se animen a adoptarla en sus lanzamientos del próximo año. La veremos en multitud de móviles y tabletas de gama alta, quizá en relojes e incluso en algunos portátiles y convertibles. Al principio, eso sí, tendrá que convivir con la ranura de SIM tradicional, pues va a hacer falta una pequeña transición para que todos los actores implicados (incluidos nosotros, los usuarios) puedan adaptarse. Pero de lo que no hay duda es de que va a llegar más pronto que tarde y de que va a traer consigo un buen puñado de ventajas:
– Para empezar, el evidente ahorro de espacio en las entrañas de los dispositivos, que facilitará diseños más finos sin comprometer otros componentes. Los fabricantes tendrán ahora a su disposición hasta el 90 % de lo que se dedicaba a la tarjeta.
– Gracias a ese espacio extra disponible, la eSIM abre la puerta a multitud de dispositivos conectados más allá de móviles y tabletas. No solo relojes inteligentes, sino también numerosos aparatos (electrodomésticos, accesorios, etc.) que ya están pasando a formar parte de la internet de las cosas.
– La eSIM será, también, la tarjeta que moverá el futuro de las telecomunicaciones. Los servicios de las futuras redes 5G, que ya están dando sus primeros pasos, se gestionarán con estas tarjetas virtuales.
– Te permitirá descargar varios perfiles de distintos operadores en una única eSIM, que tiene grandes ventajas. Por ejemplo, si viajas a otro país (sobre todo si está fuera de la zona de Europa en la que no te cuesta el ‘roaming’) podrás agregar fácilmente un plan local a tu eSIM sin dejar de tener tu número de siempre ni andar cambiando tarjetas para usar uno y otro.
– Además, en caso de portabilidad, ya no tendrás que cambiar físicamente de tarjeta (ni esperar a que te llegue por correo o ir a recogerla a la tienda). Tampoco tendrás que pensar qué tipo de tarjeta lleva el nuevo móvil, y hacerte con ella, cuando decidas cambiarlo.
– Te ahorrarás averías de las caras. Los pines que leen las SIM tradicionales son muy frágiles y difíciles de sustituir; como la eSIM no los necesita, algo menos de lo que preocuparte. Además, si tienes que resetear el terminal por cualquier motivo, los datos de la eSIM no se borrarán, al estar en un chip aparte.
– En caso de pérdida o robo del ‘smartphone’, podrás actuar como lo harías con una SIM cualquiera: llamando a tu operador para que la bloquee. No obstante, la seguridad es otra gran ventaja de la eSIM, que hará posible implementar un sistema para localizar el terminal en caso de pérdida (algo de lo que hoy en día se encargan aplicaciones o el propio sistema operativo).
Y ahora mismo, ¿para qué me sirve?
Vodafone ha aprovechado la llegada de la eSIM al nuevo Apple Watch para lanzar su servicio Vodafone OneNumber, que te permite compartir tu tarifa y número de teléfono con dispositivos adicionales a tu iPhone, de forma que podrás salir a correr sin tener que llevar el iPhone contigo, y podrás hacer o recibir llamadas como en el teléfono o tener tu aplicación de ‘running’ favorita con los datos de tu carrera totalmente actualizados en el Watch y en iPhone a la vez.
Todo gracias un servicio pensado para que utilices el dispositivo que más te convenga en cada momento, siempre con el mismo número y tarifa, sin tener que andar moviendo la SIM de uno a otro o recurrir a duplicados. El primer dispositivo está incluido sin coste adicional en las tarifas L, XL, One L y One XL, y los clientes del resto de tarifas podrán disfrutar de tres meses de prueba gratis antes de empezar a abonar un fijo mensual de 5 euros. Esa misma cantidad será la que paguemos por cada dispositivo a partir del segundo.
Para poder activarlo, a día de hoy, necesitamos un iPhone 6 o superior con iOS 12 y un Apple Watch Series 4 (GPS + eSIM) o Apple Watch Series 3 (GPS + eSIM) actualizado a watchOS 5.0. Si todavía no tienes el reloj de la manzana mordida, con Vodafone también podrás hacerte con la nueva versión de la forma más fácil y asequible. ¿A qué estás esperando?
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Con información de ADSLZone, BBC y Xataka Móvil e imágenes de Pixabay
La entrada ¿Qué es exactamente la eSim de la que todos hablan? se publicó primero en Cooking Ideas.