Baba Jagir Singh es un anciano religioso, miembro del ejército Sij Nihang, que desde hace varios años se presenta con un turbante de 300 metros de largo en la cabeza como homenaje al día del martirio del gurú Gobind Singh, que se celebra en el templo dorado de Amritsar, la localidad india considerada la capital espiritual del sijismo.
Este año tampoco ha faltado a una cita en la que su turbante (cuyo tamaño es proporcional a su experiencia vital) ya forma parte indeleble de este ceremonial, donde también otros miembros de esta orden armada portan desmesurados tocados.
En este caso, a Baba el turbante le hace crecer hasta unos apuestos 1,82 metros de altura; y en sus 25 kilos de tela azul esconde armas de acero arrojadizas (los llamados chakram) junto con dagas, cuchillos y espadas de diferentes tamaños. Y también lleva escondida una cadena de hierro, por si hay que ponerse serio.
Los Sij Nihang son llamados así por la palabra persa Nihang, que significa “cocodrilo”, un sobrenombre que los mongoles otorgaron a estos guerreros porque decían que luchaban tan ferozmente como estos reptiles salvajes.
Sus descendientes se reúnen todos los años en varios festivales para mostrar sus habilidades en un estilo de lucha conocida como Gatka, un arte marcial basado en armas asociadas con la región del Punjab y que se fundó durante la guerra contra la invasión islámica en el subcontinente indio.
También practican Bothati, un deporte ecuestre utilizado como entrenamiento para la lucha con lanza desde caballo, que es similar a las justas medievales europeas pero donde los jinetes son tan hábiles que pueden ir de pie en dos caballos; y tomando las riendas con los dientes.
Sin embargo, la lanza, el bothati, se dirige contra un montón de piedras y normalmente se cubre con una tela que se sumerge en pintura, de modo que los impactos y cortes se pueden confirmar fácilmente.
Por su avanzada edad, y por evidentes impedimentos de equilibrio, Baba Jagir Singh no participa en estos torneos, teniendo que conformarse con servir de impagable atracción para los encuentros, mientras mantiene de año en año el título oficioso de “único ser humano al que se le puede ver desde el espacio”.
Así que si has pensando en criticar la cabeza de Baba, o lo que se pone en ella, piénsatelo dos veces, pues estás faltando el respeto a un guerrero Nihang que, posiblemente, podría dejarte sin la tuya por semejante ofensa.
Vía y fotos: BBC, Daily Mail y Wikipedia