La temporada final de ‘Juego de tronos’, la serie de televisión más popular de los últimos tiempos, concluyó hace menos de un mes y la encarnizada pugna entre las dinastías de Poniente por sentarse en la silla más poderosa de los Siete Reinos sigue congregado a millones de espectadores frente a la pantalla. Ya no solo para ver ese final épico que nos ha regalado la serie, sino para revisitar el resto de temporadas y refrescarnos la memoria con las tramas que han dominado esta superproducción.
Lo cierto es que el afilado y cruel Trono de Hierro no ha dado más que disgustos a los protagonistas de la saga basada en las novelas de George R.R. Martin. Nada que ver con el trono que inventó un antepasado de Kit Harington, el actor que interpreta a Jon Nieve, ese bastardo de Invernalia que bien podría haber terminado arrellanándose en el férreo asiento. Porque según ha explicado el propio intérprete, fue un antecesor suyo quien pasó a la historia como el creador del más famoso de los tronos que haya conocido el ser humano: el inodoro.
“Es cien por cien cierto”, confirmó en una entrevista el londinense. John Harington, poeta y uno de los 102 ahijados de la reina Isabel I de Inglaterra, es célebre no solo por las camufladas críticas a la monarca que solía incluir en sus textos, sino también por pergeñar uno de los primeros retretes con cisterna de la historia.
En las postrimerías del siglo XVI, este artista rebelde que tan pronto se ganó el favor de la reina como la expulsión de la Corte por sus atrevimientos, puso en negro sobre blanco las palabras que le granjearon la fama: en su libro ‘A New Discourse upon a Stale Subject: The Metamorphosis of Ajax’, que publicó tras el seudónimo Misacmos, el antepasado de Jon Nieve describió un invento que ya había instalado en su propia casa: el primer inodoro de la Gran Bretaña, con taza y agua corriente, al que bautizó precisamente como ‘Ajax’. Como sus poesías eran pocas y al libro le sobraban varias hojas en blanco, John decidió incluir también los planos de este retrete privado.
Dicho texto, que en realidad era un ataque camuflado a la corona, volvió a costarle el ostracismo (curiosamente en la ciudad de Bath), pues se servía del tema escatológico para ocultar su crítica a las instituciones, una alegoría política sobre el «stercus» (excremento) que estaba envenenando el estado. Gozó, no obstante, de cierta popularidad tras su publicación en 1596.
La cisterna del retrete de Harington funcionaba gracias a una cuerda y una válvula de cuero que liberaban el agua del tanque; y a un sistema de desagüe que permitía vaciar el contenido de la taza. Aunque aparentemente simple, fue una creación sorprendente para la época que acabó fabricando por encargo para la mismísima Isabel I, que le perdonó a cambio de que le hiciera uno para ella. Se ve que no estaba tan molesta con su ahijado como para renunciar a tal confort a la hora de obrar. Y es que, según sus biógrafos la reina tenía un olfato muy delicado. Tanto, que aseguran que nada le atormentaba más que el momento de descargar el vientre, cosa que demoraba cuanto podía porque sufría muy mal los olores.
Este curioso retrete “real” debía estar a la altura de su Majestad y por este motivo se construyó como si fuera un trono. Las sirvientas de la reina estaban tan contentas con la idea que una de ellas, la camarera privada de Su Majestad encargada de la intimidad de la soberana, decía: “Vuestro ahijado ha tenido una idea tentadora, la taza del baño hará de vuestros retiros un asunto ligero”.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo de la reina y su séquito personal por este nuevo invento, el público general se mantuvo fiel al orinal, que al grito de “¡agua va!” se vaciaba directamente en la calle a través de la ventana. Y es que para que el sanitario funcionaria satisfactoriamente, era necesario un sistema de drenaje y alcantarillado que, por desgracia, Londres no tenía en aquella época isabelina. No sería hasta casi doscientos años más tarde, en 1775, cuando el inodoro fue patentado por primera vez por el relojero Alexander Cummings de Londres, a pesar de ser un dispositivo casi idéntico al ‘Ajax’ de Harrington.
De ahí que este ancestro del actor de ‘Juego de Tronos’ haya pasado a la historia como el inventor del inodoro con cisterna, aunque no como el hombre que lo popularizó dos siglos después. Precisamente por ello, en el mundo anglosajón se habla coloquialmente de “ir al John” como en España se hablaría de “visitar al señor Roca” para indicar que uno se dispone a utilizar al váter. “Me alegro de que no se llame ‘el Harington’”, bromeaba al respecto el descendiente. Indudablemente, eso sería un buen problema.
Tan grande como los que ha sufrido el personaje al que interpreta en esta serie que ha mantenido en vilo a millones de fans de todo el mundo, deseosos por saber quién finalmente se sentaría en el Trono de Hierro como su antepasado se sentó en su propio invento: el Trono de Porcelana.
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Con información de Elle, Today I Found Out y Wikipedia. Fotos de HBO y Wikimedia Commons (1 y 2)
La entrada ¿Sabías que un antepasado de Jon Nieve inventó el trono más famoso? ¡El inodoro! se publicó primero en Cooking Ideas.